... transponiendo el umbral de la cueva de elevado techo. Allí
encontró una tortuga y con ella adquirió un inmenso tesoro.
En el cuarto día del mes, al alba, Maya, la mayor de las 7 Pléyades, ha dado a luz a Hermes; ahora es mediodía y, mientras ella, poco a poco, hila su copo de oro, oye a su hijo a la entrada de la cueva...
- ... ¿de dónde vienes, hermoso juguete, pintada concha, tortuga que vives en la montaña?..
Ni siquiera balbucea un poquito este recién nacido prodigio envuelto en sus pañales, y Maya se admira mientras lo ve entrar con decisión, levantando la tortuga en sus pequeñas manos; así que aparta la rueca y se acerca a mirar. En seguida empieza el procedimiento:
- Hermes pincha con un cincel de hierro gris y vacía el meollo de la tortuga.
- Con su tierno ceño fruncido, concentrada la mirada como un rayo en su tarea, poniendo todo su cuidado en que fuesen simultáneas la palabra y su acción, hábilmente mide y corta cañas, con ellas atraviesa el dorso del caparazón, y las fija a las distancias convenientes.
- Envuelve en una piel de buey, coloca con destreza dos brazos ajustados al puente, extiende 7 cuerdas de tripa de oveja, y las afina...
Cuerda a cuerda, con el plectro, el artesano va probando: al toque de su mano, la cítara sonó prodigiosamente y el dios acompañaba con su hermoso canto, practicando la improvisación... y canta a su padre Zeus y, en especial a Maya*, su rutilante madre y a toda su estirpe, a sus espléndidas moradas y riquezas en Cilene... Cantaba, pues, estas cosas, pero revolvía otras en su ánimo. Maya, volviendo a su rueca, intrigada, se detiene un segundo a mirar al bebé que pronto fue a dejar en la sagrada cuna la hueca cítara...
Astuto, ingenioso hasta la ocurrencia, pico de oro -debe estar pensando Maya en su divina mente-, hechicero, simulador, confabulador, marrullero y además vagabundo, me parece este crío, mi dulce taimado, y que será la pesadilla de mortales hombres y dioses inmortales... pero con qué encanto ha sido el primero en hacer cantar a la tortuga.
*Maya: abuela
Fuente: Himnos Homéricos - Himno a Hermes
Imagen: Fresco - Cítara en casa de Marco Lucrecio Fronto, en Pompeya